Naturaleza de Irán

Colinas de Turkmen Sahra

Irán es un país inmenso de más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, con cumbres que superan los cinco mil metros de altura e inmensos desiertos salados. Las aguas del Mar Caspio bañan el norte y el Golfo Pérsico el sur. Irán está en contacto con las planicies áridas de Afganistán, con el Cáucaso ex–soviético y el valle del Tigris y del Éufrates. Casi todos los climas se dan cita en el territorio de Irán ofreciendo una gran diversidad de paisajes, aunque predominan los semiáridos y continentales. A pesar de ser un país muy poblado, con casi 80 millones de habitantes, y de haber sufrido la terrible guerra contra Irak, en Irán la naturaleza se mantiene en buen estado aún en grandes zonas del territorio. Ello se debe a que gran parte de Irán es montañoso y abrupto, con relieves muy marcados en todo el eje noroeste-suroeste y, desértico en el otro extremo, desde el sur de Teherán hasta el Océano Indico.

Cordillera de los Montes Zagros.

Los montes Zagros son el eje de Irán, con sucesivas sierras con cumbres que superan sin problema los 3000 metros de altura. En la zona central de Irán al menos cinco montañas superan los 4000m. Después cuando nos acercamos al Golfo Pérsico la altura se reduce a picos de entre 1000 y 1500 metros. Parte de la cordillera es de origen volcánico, la zona de los Montes Rud que llegan a los 4050 metros del Monte Shir Kuh.

La llanura litoral del Mar Caspio está rodeada por los montes Elburz.

No es una cadena tan ancha como los Zagros pero sí abrupta y alta. En ella se encuentra el pico más alto del país, el volcán Damavand. Esta barrera natural y climática sólo se puede atravesar por los cañones del río Sefid.

En su frontera occidental, la gran cordillera de los Montes Zagros organiza un territorio de picos, desfiladeros y altas planicies por el que corren sierras paralelas. En la zona sud occidental, Irán se encuentra con el valle de Mesopotamia y así llega hasta el Golfo Pérsico. La zona norte de los Zagros es húmeda y verde en el Azerbaiyán iraní y la orilla sur del Mar Caspio. Es el Irán de las praderías, de las colinas verdes siempre con las cumbres nevadas de las montañas cerca.

El lago Urmia.

Lago salado de Urmia. El color rojo se debe a la proliferación de algas por la salinidad tan elevada.

Un gran lago salado, situado en la zona nororiental de Irán, al oeste de Tabriz, en el Azerbaiyán iraní. El lago Urmia ha sufrido un proceso de desecación debido al cambio climático y el abuso del regadío. Sólo posee un 10% del volumen de agua original lo que ha convertido grandes zonas del lago en una llanura salada.

El Mar Caspio, un Irán verde.

El Mar Caspio está rodeado en su vertiente sur por la depresión aralo-cáspica. A lo largo de 640 km se extiende una llanura de clima húmedo y fértil protegida por la alta barrera de montañas Elburz. No es muy ancha, a penas llega a los cincuenta kilómetros como máximo y en muchas partes las montañas caen a pico casi hasta el mar.

Los Bosques de Masal.

Los bosques de Masal en la provincia de Gilan, entre Tabriz y el mar Caspio son otra espectacular zona natural iraní. Los amantes del senderismo y del montañismo disfrutarán en la zona. Múltiples rutas de senderismo recorren las montañas de Masal. Es una zona muy bella, pero faltan infraestructuras por lo que es necesario ser previsor y llevar alimentos y material para pernoctar. Los hoteles no abundan y están bastante alejados. La región mezcla llanuras con vegetación exuberante y montañas arboladas. Es el Irán verde, el menos conocido donde la fauna aún es muy salvaje y hay osos, lobos y linces.

Cascadas de Latun.

En la misma provincia de Gilan, vale la pena seguir un poco más al norte para encontrarnos con la catarata más alta de Irán, con 105 metros de altura. La zona es perfecta para comer y bañarnos antes de seguir con nuestra ruta.

Las terrazas de Badab-e Surt

Cascada termal de Badab-e Surt.

Las Terrazas de Badab-e Surt, se sitúan en la provincia de Mazandaran al noroeste de Teherán. Son formaciones calcáreas creadas durante milenios por el curso leve de aguas termales. Similares a otras mucho más conocidas como las de Pamukkale en Turquía, la de Yellowstone o la Toscana italiana, las terrazas de Badad-e Surt son más rojizas debido a la alta concentración de óxido de hierro en las aguas termales. Tan bello como sano, ya que las aguas tienen propiedades minerales benéficas para ciertas enfermedades.

Namarestagh

También al norte de Teherán, la región de Amol en la provincia de Mazandaran destaca por su vegetación tupida, que cubre colinas tras una cortina de picos nevados. Un paraíso para los senderistas. El clima es mucho más parecido al que conocemos en Europa, más suave y húmedo. Una región rural tranquila y que muchas veces se considera como idílica.

El pintoresco pueblecito de Polur y el Parque Nacional de Lar se encuentran al sur de la zona de Namarestagh , ya muy cerca de Teherán, lo que hace toda la zona muy accesible para los turistas.

El gran volcán de Irán.

Volcán Damavan.

El Monte Damavand es la cumbre de Irán y de todo el Oriente Medio, con sus 6.371 metros. Situado a sólo 60 kilómetros de la capital Teherán. La zona es muy apreciada por los habitantes de Teherán como espacio de diversión y de contacto con la naturaleza. También por sus aguas termales y la fauna que vive en la zona. Además, este antiguo estratovolcán es un centro de esquí muy importante, muy apreciado por las iraníes ya que al tratarse de un deporte que ser realiza totalmente vestido, no hay limitaciones.

Asía central.

Hacia la frontera con Turkemistan, en el oriente septentrional de Irán hallamos los Montes Kopet Dag y, algo más al sur,  los montes Suleimán y Makrán.

Turkmen Sahra.

Colinas de Turkmen Sahra, al noreste de Irán.

Circundando el litoral del Mar Caspio y junto a la frontera de Turkmenistán se encuentra la zona deshabitada de Turkmen Sahra. Esta región de la provincia de Golestan posee paisajes que nos dejarán sin voz. Cientos de colinas verdes o amarillas, según la estación, se alinean en un paisaje que mezcla la llanura de Gorgan y las zonas montañosas de Turkmen Sahra. Desfiladeros, templos colgados de picos, cementerios turkmenos con estelas de piedra en forma de cilindros y templos como el de Khāled (o Khalid) Nabi o el de Chupān Atā. Una región muy poco visitada, pero muy espectacular. Incluida en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

La provincia de Golestan también cuenta con dos parques nacionales muy importante, el de Golestan y el de Khar Turan, donde destacan los ríos, las cascadas y los bosques.

El Irán de los desiertos.

Todo el centro este del país esta ocupado por una gran extensión desértica que va desde el sur de Teherán hasta Bam. Dos grandes desiertos salados ocupan decenas de miles de kilómetros cuadrados, el Dahst-e Kavir y el Dasht-e Lut.

El desierto salado de Dasht-e Kavir.

Una gran llanura desértica salada que antaño fue un mar se encuentra al oeste de Isfahán y Yadz.

Un poco más al sur nos encontramos con otro lago salado, el de Namak. A 100 kilómetros al oeste de Qom, otra de las ciudades que marca la linde entre las estribaciones de los Zagros y el desierto iraní.

El Desierto de Maranjab.

Desierto de Maranjab.

Este desierto se caracteriza por la las dunas, recordando a la clásica imagen desértica del Sahara. Al situarse cerca del lago salado de Namak se puede pensar a organizar un viaje combinado. La zona circundante posee bellos caravanserais del siglo XVI, alojamientos en antiguas postas de la Ruta de la Seda.

Desierto de Dasht-e Lut.

Una región tan seca e inhóspita como espectacular. En verano las grandes tormentas de arena hacen casi imposible visitarla. Pero cuando el clima es menos duro, se pueden contemplar las maravillas talladas por el viento y la erosión en las colinas y montañas que rodean el desierto, los kaluts. También son espectaculares las curiosas formaciones de dunas. El paisaje recuerda a ciertas imágenes obtenidas con las sondas espaciales que han visitado Marte. Es el lugar de la Tierra donde se han registrado las temperaturas más altas, por encima de 70°C.

Cascadas de Margoon.

Cascadas de Maroon.

A medio camino entre Isfahán y Shiraz, las Cascadas de Margoon son otro de los sitios naturales más visitados en Irán. La provincia de Fars posee muchos atractivos culturales pero la naturaleza también está presente en estas estribaciones de los Montes Zagros.

Un poco más la norte se encuentra la Reserva de Dena. Notas verdes en este Irán de sol y desierto.

Descubriendo el sur.

La frontera suroeste, una vez sobrepasados los últimos y más bajos Zagros, es ocupada por la segunda gran llanura del país, la de Juzestán. Esta región es plenamente mesopotámica y, como ella, posee una altura muy baja, apenas unos metros por encima del nivel del mar. Toda la zona fue creada por los depósitos de sedimentos del Tigris y Éufrates que fueron colmatando zonas marinas. Abundan las marismas y zonas pantanosas.

Qeshm.

Geoparque de la isla de Qeshm.

La isla de Qeshm, es una curiosa sorpresa. Se encuentra en el Golfo Pérsico, cerca de la ciudad de Bandar Abbas. Una isla con mucha historia y restos de las bases comerciales portuguesas y holandesas. A pesar de no ser excesivamente grande reúne muchos atractivos naturales y de fauna, además de ser un centro turístico para los iraníes.

Del lado de la naturaleza, los amantes de la geología disfrutarán. Por un lado se encuentran minas de sal de Namakadan, las que tienen las galerías más largas del mundo. Por otro lado, desfiladeros misteriosos como los del valle de Chahkouh; playas y arrecifes coralinos… A destacar las zonas de marismas y manglares de Hara. Una zona casi tropical en mitad de grandes desiertos y áridas costas. Esta reserva marina y terrestre es fundamental para un cuarto de las aves de Irán.